domingo, 28 de febrero de 2010

Y sin saber que pensar.

Ella dice que actúa tal y como es, yo se que no… Cuando esta con el es diferente, tiene miedo a mostrar sus verdaderos sentimientos, solamente por que es insegura…

Cuando están juntos se les ve bien, cariñosos el uno con el otro, van juntos a todos lados, quieren estar juntos en todos lados, que es diferente… Siempre abrazados, siempre cogidos de la mano… Sin el mas mínimo contacto físico se morirían.

Pero eso es solo la parte bonita y como tal… Siempre hay parte mala.

Siempre se tienen que separar, por un motivo, o por otro… Y dejan esa complicidad atrás… Eso es lo que a ella le mata. Porque el actúa diferente cuando están juntos de cuando están separados. No sabe que pensar, menos aun como actuar. Intenta pensar que es por que están separados que el se comporta diferente, pero no le termina de convencer, es extraño.

Se acuesta y piensa en el, se levanta y piensa en el, se pone frente al ordenador y lo primero que hace es buscar alguna foto, como si tuviera miedo a que se le olvidara su cara… La dulzura de su rostro, la calidez de sus ojos. Pasa la semana esperando el reencuentro, esperando que el por fin quiera abrirse, que ella por fin pueda mostrarse por completo, esperando que de un paso para que se pueda quitar esa inseguridad que la mata poco a poco.

lunes, 22 de febrero de 2010

Necedad.

Caminaba entre un bosque de nubes, no podía ver mas allá de estas, que me acosaban como paredes desviándome de mi camino.

De pronto, una bifurcación. Un cartel con dos flechas a ambos lados rezaban los diferentes destinos; Desesperanza, a la derecha; Vacío emocional, a la izquierda.
Ninguno de esos caminos me gustaban, asíque decidí volver hacia atrás, buscar otro camino, el camino de la felicidad.

No había dado ni dos pasos hacia atrás, cuando una sombra emergió de la neblina, como una aparición divina de esas de las que hablan. Ante mi se postro un chico, joven y bello.

-¿Quién eres tu? -Pregunté.
-¿Yo? Yo soy tu mayor deseo. Yo soy tus anhelos, tus sueños. Yo soy tu amor.

Todas cosas buenas, me parecía extraño.
Pobre necio yo… Aceptando todo lo que el me proponía con su mirada falsa, claro que no era de extrañar, estaba caminando por el camino de la necedad.

¿Qué pretendía esperar de tan perfecto ser? ¿Qué me indicara el camino hacia la felicidad? Nada de eso sucedió, por que aquel que tenia el poder de hacerme sentir, también tenia el poder de romperme por dentro.

Y eso fue lo que sucedió, el me agarraba de la cintura susurrando palabras vacías mientras me paseaba en el largo sendero de la necedad, yo creyéndole cada palabra que susurraba.

Un día desperté y el no estaba, comprendí que solo era un engaño… Volví sobre mis pasos y llegue de nuevo a la bifurcación, que ahora se unían en un solo camino.

Y así, me adentre en un camino, del que no saldría… tal vez.

domingo, 21 de febrero de 2010

Decisiones.

Y allí había una pareja, ambos sentados en un pequeño banco, abrazados… Como si fuera la ultima vez que se fueran a ver, aquello parecía una despedida.

-¿Te vas a ir? -Pregunto ella.

Él asintió con la cabeza.

-¿Me abandonaras… Otra vez?

No contestó.

-Dime… ¡¿Por qué?!
-No lo se -Dijo el.

La chica deshizo aquel abrazo, que sin duda le causaba un dolor realmente fuerte. Se dio la vuelta con los ojos llenos de lagrimas, no le daría la satisfacción de verla llorar.

Él le acario el pelo, pero ella se aparto con un movimiento brusco.

-No busques consolarme, no ahora, que me abandonas sin razones aparentes, no ahora, que el dolor que siento es casi físico…

Se quedo callado.

-Tampoco hace falta que digas nada, si vas a hacerlo, hazlo ya… No quiero que te quedes aquí mas tiempo, contemplando como me hundo cada vez mas…

La muchacha se levanto, era una chica guapa de cabello largo y oscuro como la noche, su falda se mecía a causa de las pequeñas brisas de aire.

-Pero antes te tengo que pedir un favor… No vuelvas, no vuelvas otra vez, tu existencia acaba aquí, al menos para mi. No deseo verte mas.

Ella se fue, se fue sin mirar atrás, por que ahora, era ella la que había elegido su camino.